Investigadores del CUCostaSur revelan 500 años del efecto del cambio climático y las erupciones del Volcán de Colima sobre la vegetación
Autlán de Navarro, Jal. — Un equipo de investigadores del Centro Universitario de la Costa Sur de la Universidad de Guadalajara reveló que el cambio climático y las erupciones del Volcán de Colima provocaron profundos cambios en la vegetación de la región durante los últimos 500 años.
El hallazgo, publicado en la revista Vegetation History and Archaeobotany, muestra cómo la llamada Pequeña Edad de Hielo (1350–1850 EC) afectó los bosques aledaños al Volcán de Colima.
El estudio fue realizado por Juana Valeria Hernández Rocha, estudiante de doctorado del programa BEMARENA, bajo la dirección de la Dra. Blanca Lorena Figueroa Rangel, académica del CUCostaSur, en colaboración con el Dr. Miguel Olvera Vargas y la Dra. Ana Patricia del Castillo, también de este centro universitario, además de especialistas de la UNAM.
La investigación reconstruyó 500 años de la historia ecológica y ambiental de los bosques neotropicales que circundan el Volcán de Colima. Para ello se utilizó un núcleo de sedimento (fotos 1 y 2) extraído de la laguna La María, ubicada en Comala, Colima. Se identificaron 131 taxones de polen fósil de árboles, arbustos y hierbas, agrupados en cuatro tipos principales de bosque: mesófilo de montaña, tropical, templado y ripario.
Los resultados muestran que estos ecosistemas respondieron de forma diferenciada a las variaciones climáticas y a la intensa actividad del Volcán de Colima, el cual ha presentado más de 65 erupciones desde 1512.
Se documentó cómo la Pequeña Edad de Hielo, un periodo de enfriamiento global ocasionado principalmente por la disminución de la radiación solar, afectó la composición vegetal, provocando expansiones y declives en distintos grupos de especies, siendo el bosque tropical el más afectado por las condiciones de frío.
Asimismo, se reportó que el bosque mesófilo de montaña fue el más vulnerable a las sequías extremas durante la Pequeña Edad de Hielo, mientras que los bosques templados, dominados por pinos y encinos, sufrieron reducciones significativas tras erupciones explosivas como la de 1913 (figura 1), considerada una de las más violentas del continente en el siglo XX.
Finalmente, el estudio resalta algunos grupos taxonómicos importantes, como Urticaceae, Moraceae, Fraxinus, Quercus y Pinus, los cuales demuestran su resiliencia a lo largo de los diferentes eventos de disturbio, factor crucial para mantener la composición y diversidad vegetal en el área de estudio.
“Este tipo de investigaciones nos ayuda a entender cómo los ecosistemas responden a fenómenos extremos del pasado y nos da claves para enfrentar los desafíos actuales del cambio climático”, destacó la Dra. Figueroa Rangel, responsable del Laboratorio de Paleoecología y Cambio Climático del CUCostaSur.
El trabajo, además de rescatar la memoria ambiental de la región, refuerza la importancia de proteger los bosques neotropicales, considerados entre los más ricos en biodiversidad del mundo.
Atentamente
“Piensa y Trabaja”
“1925-2025. Un Siglo de Pensar y Trabajar”
Autlán, Jalisco, 2 de octubre de 2025
Texto: Unidad de Difusion
Fotografía: Cortesía
